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Recordando a Baltasar MiróEl Espectador, Diciembre 24, 2010. Pág. 18Escaneó NTC … (A la fecha, Dic. 27, 2010, 6:57 AM, este artículo no está en la web del periódico)
Después de años de búsqueda, Juliana Barberena Pocurull, nieta de Miró, logró ubicar a la poeta Maruja Vieira, gran amiga del intelectual y bohemio español que pasó por Colombia.
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LOS
NOMBRES DE LA AUSENCIA
Allí el libro completo en la web de Maruja Vieira: http://www.marujavieira.com/index.php/es/
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Recordando a Baltasar MiróEl Espectador, Diciembre 24, 2010. Pág. 18Escaneó NTC … (A la fecha, Dic. 27, 2010, 6:57 AM, este artículo no está en la web del periódico)
Después de años de búsqueda, Juliana Barberena Pocurull, nieta de Miró, logró ubicar a la poeta Maruja Vieira, gran amiga del intelectual y bohemio español que pasó por Colombia.
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Foto: Gilma Briñez y su esposo Baltasar Miró (Archivo familiar) .
Los nombres de la ausencia, libro de Maruja Vieira, tiene una particularidad: son poemas dedicados a personajes que viven en los recuerdos de la poeta. Personas que habitaron este mundo y ahora viven en otro. El primero de ellos, Al amigo en su viaje, está dedicado a Baltasar Miró, "un español del éxodo y del llanto como denominó León Felipe a los desplazados por la guerra civil española", se explica en la página anterior al poema. Sería la primera vez que escucharía ese nombre..
La siguiente vez fue una tarde del pasado noviembre. Juliana Barberena Pocurull llegó a la redacción de El Espectador con una solicitud particular. Decía ser nieta de un amigo de la poeta Maruja Vieira. Llevaba años recogiendo información sobre su abuelo español y preguntaba si podríamos ponerla en contacto con ella. ¿Sería cierto o no? Si bien no era el caso de dar un número de teléfono, que podría ser una imprudencia, había algo que invitaba a abrir esa puerta al pasado.
El encuentro de Maruja con la nieta desconocida de Baltasar Miró, cuyo nombre original era Baltasar Pocurull, quedó registrado en un documental que se está haciendo sobre la escritora. La cara de Juliana es la mejor prueba de la veracidad de su historia. Incluso fue su parecido con su abuelo lo que permitió que la familia española de Pocurull creyera que tras algún tiempo de vivir en República Dominicapa y Colombia, de trabajar en el suplemento dominical de El Tiempo y escribir 10 Poemas amargos y Cuademos de la frontera, Miró se casó en Cali y siguió en busca de un mejor destino en Argentina, donde nació su única hija y terminó cumpliendo su cita con la muerte.
Fue una carta de Maruja, quien con no más de 25 años, apenas empezaba en el mundo de las letras, lo que condujo a Juliana a buscar la pista de un abuelo que no aparece en los registros de inmigración y de quien no se sabe exactamente cómo murió (en su libro Crónicas sobre el Grupo de Barranquílla, Alfonso Fuenmayor se aventura a hablar de un suicidio, que no confirma su familia). Un encuentro que le permitiría poder descubrirlo a través de alguien que diera razón de quien fue, pues la abuela siempre se negó a contar su historia y su madre no lo conoció.
De boca de Maruja, Juliana supo que su abuelo había llegado a Colombia decepcionado de la dictadura de Trujillo en República Dominicana, país que trató de hacer suyo tras el exilio de España. Supo que su libro Cartones de la frontera sobre los riesgos de la migración haitiana al país vecino y las bondades de las políticas del dictador dominicano había sido escrito en España antes de llegar a la isla y que el hecho de usar su segundo apellido podría tener relación con el exilio de dos patrias: la dominada por Franco y la regida por Trujillo. Confirmó también que Baltasar Miró dejó una novela sin publicar y que fue él quien les abrió la puerta a sus escritos en EI Tiempo.
El encuentro de Maruja con la nieta desconocida de Baltasar Miró, cuyo nombre original era Baltasar Pocurull, quedó registrado en un documental que se está haciendo sobre la escritora. La cara de Juliana es la mejor prueba de la veracidad de su historia. Incluso fue su parecido con su abuelo lo que permitió que la familia española de Pocurull creyera que tras algún tiempo de vivir en República Dominicapa y Colombia, de trabajar en el suplemento dominical de El Tiempo y escribir 10 Poemas amargos y Cuademos de la frontera, Miró se casó en Cali y siguió en busca de un mejor destino en Argentina, donde nació su única hija y terminó cumpliendo su cita con la muerte.
Fue una carta de Maruja, quien con no más de 25 años, apenas empezaba en el mundo de las letras, lo que condujo a Juliana a buscar la pista de un abuelo que no aparece en los registros de inmigración y de quien no se sabe exactamente cómo murió (en su libro Crónicas sobre el Grupo de Barranquílla, Alfonso Fuenmayor se aventura a hablar de un suicidio, que no confirma su familia). Un encuentro que le permitiría poder descubrirlo a través de alguien que diera razón de quien fue, pues la abuela siempre se negó a contar su historia y su madre no lo conoció.
De boca de Maruja, Juliana supo que su abuelo había llegado a Colombia decepcionado de la dictadura de Trujillo en República Dominicana, país que trató de hacer suyo tras el exilio de España. Supo que su libro Cartones de la frontera sobre los riesgos de la migración haitiana al país vecino y las bondades de las políticas del dictador dominicano había sido escrito en España antes de llegar a la isla y que el hecho de usar su segundo apellido podría tener relación con el exilio de dos patrias: la dominada por Franco y la regida por Trujillo. Confirmó también que Baltasar Miró dejó una novela sin publicar y que fue él quien les abrió la puerta a sus escritos en EI Tiempo.
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Juliana no dejará de buscar rastros que den prueba del paso de su abuelo por este mundo; para ella se ha vuelto una razón. Para Vieira, además de la emoción de verlo dibujado en las facciones de esta mujer, fue la convicción de que su amigo no se resiste a irse y que cómo ella se lo escribió, "tu ausencia está llenando de ti nuestra memoria"..
Juliana no dejará de buscar rastros que den prueba del paso de su abuelo por este mundo; para ella se ha vuelto una razón. Para Vieira, además de la emoción de verlo dibujado en las facciones de esta mujer, fue la convicción de que su amigo no se resiste a irse y que cómo ella se lo escribió, "tu ausencia está llenando de ti nuestra memoria"..
Recordando a Baltasar Miró
Amigo, ha terminado tu soledad de hombre.
Ya tu inquietud es limo bajo la tierra oscura.
Eres nube de polvo, eres piedra, eres trigo.
Ya no buscas estrellas en el barro del mundo.
Ahora los caminos corren sobre tu sangre,
convertida en la verde caricia de la hierba.
No te hiere el silencio con su espina y su angustia
porque tu voz se ha vuelto rumor entre los árboles.
La muerte no reclama que les des a tu nombre
la dimensión exacta del amor o del odio.
Sin distancia que oponga su cerrada frontera
tu ausencia está llenando de ti nuestra memoria.+++++++
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NTC ... COMPLEMENTACIONES
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"LOS NOMBRES DE LA AUSENCIA" . Maruja Vieira. Ediciones San Librario. Bogotá. Marzo 2006. Primera edición. PREMIO "Mujeres de éxtito 2004", Categoría Arte y Cultura. Ilustraciones Manuel de Montalvo y Correa
Las páginas 9, 10 y 11, dedicadas a Baltasar Miró, "Al amigo en su viaje"
Ya tu inquietud es limo bajo la tierra oscura.
Eres nube de polvo, eres piedra, eres trigo.
Ya no buscas estrellas en el barro del mundo.
Ahora los caminos corren sobre tu sangre,
convertida en la verde caricia de la hierba.
No te hiere el silencio con su espina y su angustia
porque tu voz se ha vuelto rumor entre los árboles.
La muerte no reclama que les des a tu nombre
la dimensión exacta del amor o del odio.
Sin distancia que oponga su cerrada frontera
tu ausencia está llenando de ti nuestra memoria.+++++++
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NTC ... COMPLEMENTACIONES
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"LOS NOMBRES DE LA AUSENCIA" . Maruja Vieira. Ediciones San Librario. Bogotá. Marzo 2006. Primera edición. PREMIO "Mujeres de éxtito 2004", Categoría Arte y Cultura. Ilustraciones Manuel de Montalvo y Correa
Las páginas 9, 10 y 11, dedicadas a Baltasar Miró, "Al amigo en su viaje"
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
. Texto en la página 10.
. Texto en la página 10.
Baltasar Miró fue un español "del éxodo y del llanto" como denominó León Felipe a los desplazados por la guerra civil española.
Vivió en la República Dominicana, donde hizo parte de un grupo de exiliados que tuvo profunda influencia en la vida cultural del país.
Después vivió en Colombia, donde publicó sus magníficas crónicas en El Tiempo de Bogotá, hasta cuando decidió reanudar su camino por el mundo y la muerte..
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A la derecha la página 9. A la izquerda , las 10 y 11 (El poema) . La otra imagen: contracarátula del libro. (Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Información y enlaces sobre el LIBRO:
*** http://mvw-ntc.blogspot.com/2010_01_10_archive.html.
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Maruja Vieira en la poética de la ausencia . Por Carlos-Enrique Ruizhttp://www.revistaaleph.com.co/article.php3?id_article=57
http://enriqueuribewhite.blogspot.com/2007_06_14_archive.html (aquí un poema)..
En la presentación del libro: Maruja Vieira. Los nombres de la ausencia. Ediciones Sanlibrario, Bogotá 2006. Premio “Mujeres de éxito 2004”, en la categoría arte y cultura. Bogotá Marzo de 2.006. http://mvw-ntc.blogspot.com/2006/11/cronologa.html
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Descaradamente viva
Por: Sara Araújo Castro
Este miércoles en el Gimnasio Moderno, Maruja Vieira, la poeta manizaleña leerá sus versos y conversará con el escritor Gonzalo Mallarino en el marco del festival Las Líneas de su Mano 2.Foto: David Campuzano . Maruja Vieira nació en Manizales en 1922, pero salió de su ciudad desde muy joven, hoy vive en Bogotá.
El Espectador, 1 Sep 2009 - 11:00 pm http://mvw-ntc.blogspot.com/2009_01_04_archive.html
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“A los 85 algunos estamos descaradamente vivos. / Se supone que los que nos aman / deben saber que caminar ya no es la alegría de antes / a menos que sea al sol y sobre la hierba...”.
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Bastaría transcribir completo ese poema inédito de Maruja Vieira, titulado Los 85*, y no haría falta decir más de esta mujer hoy, pues ella, con la simplicidad y profundidad que caracterizan su poesía, condensa en 20 líneas el significado de su vida y sus temas en este momento. No obstante, la historia de esta manizaleña, que desde muy joven levó anclas para dedicarse a escribir y a trabajar en radio y prensa, es ejemplo de tenacidad, talento y sensibilidad.
Además de haber hecho parte de una generación de poetas con mayúscula (junto a Meira Delmar, Matilde Espinoza, entre otras) y de ser miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, Vieira sigue vigente y activa en ese oficio que llegó a ella desde niña, aunque sólo después de conocer la obra de Antonio Machado a sus 19 años decidiera escribir.
Corrían los años 40 cuando leyó un libro titulado Alba de Olvido (1942), de Meira Delmar. Ya en ese entonces se había atrevido a algunos versos. Ya también, las jornadas junto a Enrique Uribe White, su pariente, lector y mentor, eran largas y muchos de sus poemas terminaban sumergidos en la laguna del Muña. Entonces, quiso escribir como ella, pero prefirió convertirse en su amiga inseparable. Así que, cuenta, la llamó, se presentó y pasó la vida hablando y escribiéndose con esa compañera que le había regalado la poesía.
A Maruja, mientras habla de sus amigas del alma, le brillan los ojos, la alegría del recuerdo se encharca en unas “traviesas lágrimas” de nostalgia. ¡Pero cómo no! Suspira y recuerda a su gata María Mercedes Carranza**; a Dora Castellanos, compañera en la Academia, y a Elisa Mújica, quien la propuso para ser miembro de la institución; ella y Matilde Espinoza fueron inseparables. Aún en las tardes, desde la ventana de su casa en la 49 con 3ª, levanta la mirada hacia la montaña donde quedaba la casa de su amiga y cómplice de andanzas. Y mientras habla de sus colegas de oficio y sensibilidades, no puedo evitar mencionar que en tanto los poetas viven de pelea en este medio de letras y vanidades, las mujeres fueron unidas. “Ah, es que estábamos tan solas y relegadas que no teníamos cómo no serlo. Pero además cómo no, con mujeres tan maravillosas”.
Es cierto, aunque Maruja trabajó desde su salida a Venezuela en los años 50 en la radio y luego en la televisión venezolana; aunque escribió en El Tiempo y en El Espectador, su “Columna de humo”; aunque fue una mujer de avanzada que sólo contrajo matrimonio después de los 30 con quien se convertiría en el amor de su vida, el poeta José María Vivas; sólo el tiempo les ha dado, a ella y a sus compañeras, la categoría que su talento merece.
Pero el reconocimiento o su falta no es asunto de esta hermosa mujer, cuyo tono de voz pausado y grave evoca recuerdos y explica cómo la poesía llegó a ella de niña y cómo sigue llegando, con su musicalidad interna, con su contenido, con la fuerza que debe tener un poema para que no se convierta en una jaula de 14 barrotes como algunos de los sonetos que Uribe White le hizo el favor de ahogar.
También recuerda aquella cena en Cali cuando entró un hombre con una cabeza blanca que le movió su universo. “Fue un amor a primera vista pero segundo pensamiento, pues yo conocía la poesía de José María Vivas Balcázar”. Allí, tras declamar uno de esos poemas bolivarianos que ella conocía, Maruja recordó a su amigo venezolano Carlos Vivas, quien acababa de fallecer, y no pudo evitar las lágrimas. Entonces, el poeta le tomó la mano y “Si ves, todavía no me la ha soltado. Yo siempre supe que el amor es más fuerte que la muerte, por eso creo en el amor eterno, pues murió en 1960 y aquí me tienes... —yo agregaría lo que ella ya dijo de sí misma— descaradamente viva”.--------------
Opinión por: Juliana Ahttp://www.elespectador.com/impreso/cultura/articuloimpreso159125-descaradamente-viva
Jue, 11/25/2010 - 22:48 Que maravilla de mujer, mi gran admiración por esta gran poeta.
Quisiera saber si me pueden colaborar para comunicarme con ella.
Mi nombre es Juliana y estoy investigando sobre la vida de mi abuelo Baltasar Miró, escritor español y en "Los nombres de la ausencia" (2006), colección de elegías en memoria de personalidades de la cercanía o del recuerdo escrito por Maruja Vieira recuerda al amigo Baltasar Miró. Motivo por el cuál para mí sería maravilloso comunicarme con ella. En este momento estoy en Bogotá precisamente recolectando datos. Si alguien me puede ayudar se los agradecería enormemente.
Cordialmente,
Juliana A
Opinión por: Juliana Ahttp://www.elespectador.com/impreso/cultura/articuloimpreso159125-descaradamente-viva
Jue, 11/25/2010 - 22:48 Que maravilla de mujer, mi gran admiración por esta gran poeta.
Quisiera saber si me pueden colaborar para comunicarme con ella.
Mi nombre es Juliana y estoy investigando sobre la vida de mi abuelo Baltasar Miró, escritor español y en "Los nombres de la ausencia" (2006), colección de elegías en memoria de personalidades de la cercanía o del recuerdo escrito por Maruja Vieira recuerda al amigo Baltasar Miró. Motivo por el cuál para mí sería maravilloso comunicarme con ella. En este momento estoy en Bogotá precisamente recolectando datos. Si alguien me puede ayudar se los agradecería enormemente.
Cordialmente,
Juliana A
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LOS . 85
A Ana Mercedes Vivas
A los 85 estamos descaradamente vivos.
Se supone que los que nos aman
deben saber que caminar ya no es la alegría de antes
a menos que sea al sol y sobre la hierba.,
Se supone que deben saber
que nuestras noches son demasiado largas,
porque tenemos que acostarnos muy temprano
y hay muchas cosas a las que ya no podemos ir
porque nos cansamos.
Pero seguimos descaradamente vivos
y no son nuestros ojos,
es la luz la que se debilita cuando queremos leer
y no son nuestros oídos,
es la voz de los otros la que ya no tiene sonidos.
Son las calles las que se han vuelto
demasiado largas y las escaleras demasiado altas.
Pero seguimos descaradamente vivos
y algunos afortunados tenemos
una ventana por donde entra el sol de la tarde
y una voz muy amada que nos llama.
Fuente:http://mvw-ntc.blogspot.com/2009_01_04_archive.html y http://www.poetasdelmundo.com/verInfo_america.asp?ID=4550
VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=U8qdVQf-uzk el poema leido por Maruja Vieira
++++++A Ana Mercedes Vivas
A los 85 estamos descaradamente vivos.
Se supone que los que nos aman
deben saber que caminar ya no es la alegría de antes
a menos que sea al sol y sobre la hierba.,
Se supone que deben saber
que nuestras noches son demasiado largas,
porque tenemos que acostarnos muy temprano
y hay muchas cosas a las que ya no podemos ir
porque nos cansamos.
Pero seguimos descaradamente vivos
y no son nuestros ojos,
es la luz la que se debilita cuando queremos leer
y no son nuestros oídos,
es la voz de los otros la que ya no tiene sonidos.
Son las calles las que se han vuelto
demasiado largas y las escaleras demasiado altas.
Pero seguimos descaradamente vivos
y algunos afortunados tenemos
una ventana por donde entra el sol de la tarde
y una voz muy amada que nos llama.
Fuente:http://mvw-ntc.blogspot.com/2009_01_04_archive.html y http://www.poetasdelmundo.com/verInfo_america.asp?ID=4550
VIDEO: http://www.youtube.com/watch?v=U8qdVQf-uzk el poema leido por Maruja Vieira
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