y a las de Robert Blake White , John Henry White , su bisabuelo,
a la de Enrique Uribe White , a la de Rafael Uribe Uribe y a la de BERNARDO GONZALEZ WHITE .
Click en cada título subrayado para ir a ellas
.
De: Maruja Vieira White
Vengo a buscar
el tiempo de la infancia
en estas calles altas
que desembocan en el cielo.
El parque todavía está igual
y son los mismos árboles.
Dejan caer sus hojas
hasta las manos de mi padre.
El toma su delgada navaja y al tallarlas
nacen mariposas y estrellas.
La torre de la iglesia no ha cambiado.
Las campanas tienen la misma voz.
Pero la casa donde nací ya no existe.
Desapareció el balcón
donde se aferraron
mis manos de tres años
la noche larga del incendio.
Busco otra casa que ya no puedo reconocer
envuelta en la maraña de cemento y granito
qure borró el jardín y los muros
que entonces eran blancos.
Ahora viene a mi encuentro una niña.
Corre llorando por la calle,
viste el traje blanco y el velo
de su Primera Comunión solitaria.
Cuando llega a mi lado
veo que trae en sus brazos
al gato negro
del que no quería desprenderse
cuando se la llevaron
a una ciudad distinta y lejana.
Niña y anciana se funden
en un tiempo igual, que pasa y pasa,
como la niebla, deshaciéndose
entre el sol y la lluvia,
la realidad y el sueño.
--
De "Tiempo de la Memoria", libro inédito de
Maruja Vieira White (Manizales, 25 de Diciembre 1922 ….)
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La Poeta (Bogotá, Marzo,2006 y Sabaneta -Ant.- Octubre,2009)
.
DE: Maruja Vieira White , Enero 9 de 2010 . RE: “Manizales antigua”
Querido amigos de NTC … (blogguers Tertulia White, TW) : Las fotos* que me enviaron sobre “Manizales antigua”, que tanto agradezco y que me emocionaron, me hicieron recordar del poema "Tiempo de infancia", que hace parte de un libro inédito que se llamará "Tiempo de la Memoria".
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* MANIZALES ANTIGUA. FOTOGRAFÍAS
VER LAS FOTOGRAFÍAS EN: “Manizales antigua” ,
http://www.scribd.com/doc/25148097/Manizales-Antigua-Fotografias.
Gentil envío y aporte de José Leoncio Gómez Duque, "El arriero de Marquetalia", elarrierodemarquetalia@hotmail.com , que publicamos con carácter didáctico y cultural.
Algunas: (Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
. .
.
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"... . Claro que es nada menos que el Parque de Caldas ..., al cual me refiero en el poema ...", nos dice la Poeta. (Ver foto No. 62 "Parque Caldas. (Sucre). 1930" en la presentación http://www.scribd.com/doc/25148097/Manizales-Antigua-Fotografias . La que aquí se muestra es "moderna")
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Otra información y fotografías
Manizales a través de la fotografía - Biblioteca Luis Ángel Arango
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti4/bol7/maniza.htm Allí texto y fotos. Se identifican varias de las fotos y sus respectivos propietarios.
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http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=925364
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http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=893386
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=196023
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En Google, otras fotos (antiguas y modernas) :
Resultados de imágenes de manizales antigua fotos
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http://es.wikipedia.org/wiki/Manizales
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COMENTARIOS Y MENSAJES:
de Efraim Otero Ruiz < otero.efraim@gmail.com >
para TERTULIA WHITE . fecha13 de enero de 2010 18:25
asuntoRe: "TIEMPO DE INFANCIA" de "Tiempo de la Memoria", libro inédito de Maruja Vieira White.
Amigos : Precioso el poema y bellas las fotos antiguas.
En mi artículo del Boletín de la Academia Colombiana hablo de esos poemas inéditos que Enrique Uribe White le hizo ignominiosamente "ahogar" en la Represa del Muña (en las épocas remotas en que la susodicha represa todavía olía a bueno!-- no, como muchos políticos de hogaño!).
Les incluyo el artículo sobre Maruja (de quien he sido amigo y devoto admirador durante 45 años!) que salió publicado en el Boletín de la Academia Colombiana de la Lengua en agosto pasado. A todos les envía un cordial saludo de Nuevo Año,
Cordialmente, EFRAIM OTERO, M.D.
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Maruja Vieira : LOS NOMBRES DE LA AUSENCIA
(Premio Mujeres de Éxito 2004.) Ed. San Librario, Bogotá, 2006). 115 pp.
Por Efraim Otero Ruiz
Cuando Gloria Luz Angel, de “La Patria” de Manizales, le preguntó a Maruja Vieira si había tenido algún problema como poeta, por ser mujer, contestó que le preocupaba el estudio sobre las antologías (presentado en la Casa de Poesía Silva) por la ausencia de mujeres en ellas. Y continuaba : “Me sigo preguntando por qué a quienes las hacen no les gustan nuestros poemas y entonces pienso que debemos volvernos antólogas”. El libro “Los nombres de la ausencia” es una respuesta a ese interrogante y un triunfo como antología elegíaca, no solo de poetas sino de artistas, de amigos, de antepasados, de confidentes, todos desaparecidos. Lograda con ese sentido de la confianza, de la presencia íntima y afectuosa con que nuestra eximia poeta ha escrito y sigue escribiendo sus mejores versos. Son veintiséis remembranzas que se inician con Baltasar Miró y terminan con Arthur Rimbaud, manteniendo en todas ese alto sentido de la evocación poética, “estrenando badajos de elegía”, como en el soneto de Castro Saavedra. Pero el libro está lleno de evocaciones femeninas, no todas ellas poetas como la autora : Carolina Cárdenas, pintora y ceramista ; Isabel O’Byrne, musicóloga ; Haydée Santamaría, revolucionaria y artista ; Felisa Bursztyn, escultora ; Cecilia Quijano, alma sensible, esposa de su hermano Gilberto ; Betty Rolando, actriz.
En su emotiva introducción, David Mejía Velilla dice que “la elegía es el canto de la inmortalidad, del amor que perdura más allá de la muerte, más allá de los desiertos del olvido. La elegía es la voz del amor que ha vencido el tiempo y el espacio”. Ese sentido inmanente de la elegía se encuentra no solo aquí, sino en todos los poemas escritos por Maruja. Desde “Campanario de lluvia” de 1945. Desde los poemas íntimos escritos a la muerte de su esposo, ese gran bardo que fue José María Vivas Balcázar, hasta los poetas que más la inspiraron, Neruda y Antonio Machado. Neruda fue, según ella, quien le sugirió –en una de sus venidas a Bogotá- que mantuviera el Maruja Vieira como su nom de plume. Cuando le preguntaron, en la misma entrevista para “La Patria”, que cuál había sido su asombro poético contestó: “Neruda. Neruda es múltiple. Neruda es todo lo que se quiera. Pero mi amor poético es Antonio Machado”.
Conocí a Maruja hace más de cuarenta años en las tertulias de los domingos en Santa Eulalia, la casa de Enrique Uribe White. En medio de agitadas pero cordiales discusiones políticas o poéticas, su voz tenía el acento de calma, de cordialidad, de simpatía. Conocía de memoria las hazañas de todos esos antepasados White que vinieron de Cowes y de la isla de Wight (Inglaterra) en el siglo XIX a abrir canales, a trazar carreteras, a explotar minas, a fundar pueblos. A John Henry, uno de ellos, le dice que en sus apellidos “crece una biografía de nombres y de sueños”. Frente a la voz impetuosa de Enrique declamaba su poesía con su voz cálida, cándida, sonora, solo elevándola o haciéndola profunda cuando, como en la orquesta, el stacatto lo requería. Allí escuchábamos absortos los mejores de los “Poemas de enero”, de “Clave mínima”, de “Mis propias palabras”, de “Tiempo de vivir”. O hablábamos de traducciones poéticas de Frost, de Eliot o de Rimbaud. Cuando se despedía, quedaba en el ambiente como un vacío irrecuperable, el mismo que nos queda después de visitarla en su apartamento, en torno a sus libros, o cuando nos comunicamos con ella por Internet, el último y más vital de sus entretenimientos.
Con Uribe White, su primo, mantuvo una amistad y una compenetración tan profunda que sólo la muerte pudo interrumpir. De él recordaba que, siendo los dos jóvenes, cuando le llevó su primer volumen de poesía, algo retórica y formalista, Enrique –marinero frustrado que pasaba buena parte de los domingos navegando en el Muña- se lo tiró a la represa. Cuando ella le llamó la atención, al verlos hundirse, que eran los únicos originales que tenía, él le respondió : “Mejor!”. Sin embargo, sobrevivieron a la acerba crítica de Enrique y al agua del reservorio. A Maruja misma le parece increíble que sean justamente esos poemas, muchos de los cuales sirvieron para su primer libro, los que más hoy se solicitan y se leen por Internet.
Sin embargo, pese al náufrago incidente, mantuvo siempre por Enrique una admiración y un cariño rayanos en la veneración. Cuando poco antes de su muerte éste, en 1980, presentó su libro de traducciones sobre el poeta Robert Frost en el Centro Colombo Americano, ella misma lo acompañó al escenario y allí leyó sus versiones, a medida que Peggy Drumghold, la experta en jazz y profesora del Nueva Granada, iba leyendo en su impecable inglés los originales. A Enrique le ha dedicado varios poemas y de él ha dicho que fue un ser único, irrepetible. Por eso en su evocación en la página 55 de su libro, le repite : “Navegará siempre en la noche, recorriendo la Vía Láctea, señor de sombras y de música, de rompecabezas y máquinas...”
El nombre de Maruja Vieira fue postulado en 2004 ante la Fundación Mujeres de Exito por Isaías Peña Gutiérrez, Director del Departamento de Humanidades y Letras de la Universidad Central, con el fin de escoger la mejor propuesta en la categoría artística-cultural. En su postulación decía textualmente : “Maruja Vieira constituye, como ciudadana, uno de los mejores ejemplos de dignidad y decoro y, como mujer dedicada a la poesía desde su temprana juventud, uno de los casos de mayor y responsable perseverancia, de indudable y siempre destacada calidad estética y de una participativa, activa y fecunda vida cultural en favor de nuestro país”. El nombre y el libro para el Premio Mujeres de Exito 2004 fueron escogidos por un jurado integrado por ocho distinguidas damas sobresalientes en la vida cultural, política y artística del país. La edición del volumen bellamente ilustrado con dibujos de Manuel de Montalvo se completó en marzo de 2006. Como lo asevera David Mejía Velilla en su introducción, “en la poesía colombiana no son tan frecuentes tanta pureza ni tanta palabra verdadera, ni tantas breves palabras duraderas referidas al misterio del amor humano, ni tanta hondura ni tanta precisión”.
Ella ha dicho que, además de autobiográfica, su poesía es bastante periodística y, por lo tanto, muy concreta. Esa concreción la logra con breves bosquejos biográficos o afectivos de sus personajes, que anteceden a cada poema. Parece que desde lejos repitieran con ella el verso de su poema Arenas Movedizas : “Estoy en las arenas-movedizas del tiempo- Me hundo a cada paso-inevitablemente...” Su esfuerzo por rescatar esos personajes de tales arenas movedizas, con breves evocaciones de profunda ternura, bien harán de este libro un compañero inevitable para las más prolongadas de las vigilias.
Efraim Otero Ruiz
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Maruja Vieira en la poética de la ausencia
Por Carlos-Enrique Ruiz
Conferencia en la presentación del libro: Maruja Vieira. Los nombres de la ausencia. Ediciones Sanlibrario, Bogotá 2006. Premio “Mujeres de éxito 2004”, en la categoría arte y cultura. Centro Cultural y de Convenciones Teatro-los-Fundadores, ‘Sala Oscar Naranjo', Manizales, 30 de marzo del 2006.
http://www.revistaaleph.com.co/component/k2/item/55-maruja-vieira-en-la-poetica-de-la-ausencia
Revista ALEPH Edición No. 137
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Actualizó: NTC … / gra . Enero 13, 2010. 8:29 AM / 7:30 PM
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